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Antonio II de Ecuador
Rey de Ecuador
Antonio II de Ecuador 01
Antonio II en gran uniforme de gala de la Infantería ecuatoriana (1891).
Reinado
6 de febrero, 1890 - 24 de diciembre de 1930
PredecesorAntonio I
SucesorAlfonso I
Información personal
Nombre secularAntonio María Luis Felipe Juan Florencio de Orleans-Borbón
TratamientoSu Real Majestad
Otros títulosvéase Títulos
Nacimiento26 de febrero de 1866
Bandera de Ecuador Palacio de Carondelet, Quito
Fallecimiento24 de diciembre de 1930
Bandera de Ecuador Real Hacienda Pusuquí, Quito
EntierroCripta Real del Sagrado Corazón
Religióncatólica
Familia
Casa realOrleans-Borbón
PadreAntonio I de Ecuador
MadreLuisa Fernanda de Borbón
ConsorteEulalia de Borbón
Descendenciavéase Descendencia

Antonio II de Ecuador (Quito, 26 de febrero de 1866 - ibídem, 24 de diciembre de 1930) fue el segundo rey de Ecuador, país que gobernó durante cuarenta años, entre 1890 y 1930, lo que le convierte en el tercero más largo de la historia ecuatoriana.

Biografía[]

Bautizado en la Capilla del Palacio de Carondelet con los nombres de Antonio María Luis Felipe Juan Florencio de Orleans-Borbón, fue el octavo hijo y tercer varón de los primeros reyes ecuatorianos Antonio I y Luisa Fernanda de Borbón. Era, por tanto, nieto por línea paterna de los reyes franceses Luis Felipe I y María Amelia de Borbón-Dos Sicilias; mientras que por línea materna lo era de los monarcas españoles Fernando VII y María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Al momento de nacer, como a todos los varones de la familia real, le fue conferido el ducado de Esmeraldas, de carácter meramente simbólico y sin poder territorial ni fiscal. Prácticamente alejado de la posibilidad de reinar algún día, su educación durante los primeros años estuvo a cargo de sacerdotes jesuitas contratados por su madre, que siempre procuró a los príncipes más pequeños (pues sobre los mayores decidía el Rey) una estricta formación católica, lo que particularmente molestaba a Antonio.

Matrimonio[]

Grabado del matrimonio de Antonio II de Ecuador y Eulalia de Borbón

Grabado de la boda del príncipe Antonio y la infanta Eulalia, en 1886.

El 6 de marzo de 1886 contrajo matrimonio con su prima carnal, la infanta Eulalia de Borbón, hija de su tía la reina Isabel II de España y el duque Francisco de Asís de Borbón. El enlace, pensado como un refuerzo de la alianza con ese país europeo, se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana y fue seguido por una espléndida recepción en los salones del Palacio de Alameda.

La pareja se había conocido cuando ambos eran niños en 1872, durante unas vacaciones de verano familiares en el Castillo de Randan, y se encontraron una segunda ocasión en 1878, en el matrimonio de sus hermanos Alfonso XII y María de las Mercedes que tuvo lugar en Madrid, pero nunca gustaron realmente uno del otro.

Como regalo de bodas, el rey Antonio I mandó a construir el Palacio del Ejido para que se convirtiera en la residencia de la joven pareja independiente de La Alameda, mismo que pasaron a ocupar una vez que fue terminado en 1887. Por otro lado, en 1888 el Príncipe de Azuay mandó a construir de su cuenta el Palacio de Capelo en el Valle de Los Chillos, una residencia de campo a la que podría retirarse con su familia, y que le fue entregado ya cuando había accedido al trono en 1890, por lo que estuvo desocupado por largos años.

Su matrimonio no fue afortunado, ya que el príncipe era voluble y derrochador, mientras que la infanta española era una mujer fuerte y cultivada que no aceptaba las humillaciones a las que la sometía su marido. Finalmente, a partir de 1918 la pareja decidió mantener el enlace únicamente ante el ojo público, pero se separaron en el ámbito privado, viviendo por su cuenta y cada uno con sus respectivos amantes.

Descendencia[]

Eulalia y sus hijos

La reina Eulalia junto a sus hijos, retratados en el año 1900.

Fruto de la mala relación que mantuvieron casi desde un inicio, los entonces príncipes Antonio y Eulalia tuvieron únicamente tres hijos:

Príncipe de Azuay[]

Antonio II de Ecuador (circa 1890)

Príncipe Antonio de Azuay (circa 1880).

En 1873 el hermano mayor de Antonio y príncipe heredero, Fernando María, falleció repentinamente de viruela a la edad de 14 años, dejando vacante el título de Príncipe de Azuay; por su parte, el segundo hijo varón de los reyes, Felipe Raimundo, duque de Chimborazo, también había fallecido en 1864 con apenas dos años. Esta secuencia de hechos colocaron al hasta entonces Duque de Esmeraldas en la improbable realidad de haberse convertirse en el heredero natural de la Corona ecuatoriana, cuando contaba con siete años de edad.

Si bien Antonio se convirtió en heredero oficial al momento de la muerte de su hermano, el 3 de diciembre de 1873, su proclamación como Príncipe de Azuay no llegó sino hasta el 26 de febrero de 1887, cuando le fue conferido en su cumpleaños número ventiuno como marcaba el nuevo ceremonial, en el Palacio de Santa Ana (Cuenca). Esto se dio debido a que el título no se adquiere de manera automática, sino que es una decisión personal del Rey, y en este caso Antonio I decidió esperar a que el niño tuviése la edad suficiente para asegurarse de que no moriría demasiado joven como sus hermanos mayores.

Sus primeros indicios del derroche que le caracterizaría, y por el que terminaría debilitando la figura del Rey una vez en el trono, fue la compra constante de ropa que le llegaba de Madrid y París en demérito de los modistos locales que usaba su padre, así como las costosas joyas que mandaba a confeccionar para sus numerosas conquistas mientras estuvo soltero. Así mismo, causó revuelo la importación de un lujoso carruaje a su gusto que encargó a Italia.

Pero sin duda lo más escandaloso fue la innecesaria compra y construcción del Palacio de Capelo en el valle de Los Chillos (1888), pensado como una residencia de campo para su recién formada familia con la infanta Eulalia, pues la monarquía ya poseía la Real Hacienda Pusuquí al norte para alejarse de la ciudad, mientras que el Rey les acababa de regalar el Palacio del Ejido en plena ciudad para su residencia habitual.

Reinado[]

Antonio y Eulalia, príncipes de Azuay

Los reyes Antonio II y Eulalia en su visita de Estado a Federalia, realizada en 1892.

Antonio I falleció la tarde del 5 de febrero de 1890, y esa noche el primer ministro Antonio Flores de Aramburú convocó al pleno parlamentario para la mañana siguiente, cuando en la persona de Antonio II se hizo por primera vez la proclamación de un Rey ecuatoriano en tierra nacional. La coronación eclesiástica tendría lugar seis meses más tarde, como dictaba la Constitución.

El reinado de Antonio II empezó rodeado de una gran incertidumbre debido a la fama de derrochador que se había ganado como Príncipe de Azuay, además de la mala relación que llevaba con su esposa Eulalia de Borbón y las continuas infidelidades mutuas que ninguno se esforzaba por ocultar. Estos factores serían determinantes para la pérdida de poder que tendría la figura real a partir de 1900, cuando terminaron los últimos gobiernos orleanistas y empezó una larga supremacía de los liberales.

Pese a ello, durante los primeros diez años de su reinado en los que aún contaba con el apoyo de los gobiernos orleanistas, Antonio II intentó mantener el cause de desarrollo que había tenido el gobierno de su padre, logrando que, al menos en los campos industrial y económico, el país siguiera en marcha constante hacia adelante. En 1892 emprendió junto a la reina Eulalia la primera gira diplomática en su calidad de gobernantes de Ecuador, por el IV Centenario del Descubrimiento de América, que les llevó a países como Texas, Luisiana, Florida, Federalia y Estados Unidos, en donde adquirió experiencia para las relaciones internacionales.

Independencia de Guayas[]

Artículo principal: Independencia de Guayas
Desde su asiento en la Cámara del Congreso, el vencido líder radicalista liberal, Eloy Alfaro, se había convertido en el más acérrimo enemigo del Gobierno, intentando sabotear todas sus acciones, e incluso alentando sublevaciones de montoneras en las zonas rurales del litoral. Para finales de 1898 había logrado un total apoyo de los montoneros, por lo que comenzó a planificar un golpe de Estado.

En abril lanzó los primeros ataques, que en un inicio no fueron consideradas una verdadera amenaza por el Gobierno ecuatoriano. Pero para mayo de 1899 ya habían tomado Guayaquil con el apoyo de las autoridades del Cabildo. Antonio II acudió a la experiencia del general José María Sarasti, que pudo repeler los avances alfaristas en la Sierra, pero se encontró con una gran dificultad de ingreso a la Costa.

Con las acciones del general Sarasti, Eloy Alfaro vio reducida su oportunidad de avanzar hacia Quito para tomar el Gobierno, por lo que comenzó a plantearse la posibilidad de declarar independientes los territorios que controlaba, pues al encontrarse en ellos los dos puertos más importantes (Guayaquil y Puerto Bolívar) podría ejercer presión a la capital ecuatoriana para que le nombrasen Primer Ministro.

En un arranque casi poético, eligió la fecha del 9 de octubre de 1899 para declarar la Independencia de la inicialmente llamada Federación de las Provincias libres del Golfo, a la que en pocos días se sumaron los Cabildos Abiertos de Portoviejo, Babahoyo y Machala. Esta terminaría consolidándose a medida que se fueron enfriando los escenarios militares, que permanecieron estáticos durante la mayor parte de los años 1900 y 1901.

Llegada del siglo XX[]

Si bien ciudades como Quito, Cuenca, Ibarra, Loja, Riobamba y San Lorenzo ya gozaban de una amplia cobertura de servicios básicos desde finales del siglo XIX, recién en 1901 se diseñó y puso en marcha el Plan Nacional de Servicios Urbanos, que buscaba modernizar también gran parte de las ciudades medianas y pequeñas, que hasta 1910 verían ir apareciendo masivamente la energía eléctrica, alcantarillado y suministro de agua corriente al interior de las viviendas.

El reconocimiento ecuatoriano de la independencia de Guayas tendría lugar cuatro años después de la separación, el 20 de noviembre de 1903 con la firma del Tratado de Guaranda, promovido por el primer ministro Francisco Andrade Marín y al que se sumó el presidente Eloy Alfaro para acabar con las pretensiones territoriales que se rumoraba tenían Perú y Colombia con ambos territorios, y que se había convertido en la verdadera preocupación de la mayor parte de la opinión pública.

Durante los primeros años de la década de 1910 aparecieron los primeros automóviles llegados al país, con poco más de una veintena de ellos circulando por las calles de Quito, San Lorenzo, Ibarra, RiobambaCuenca y Paranaguasú. A partir de 1915 se inició la importación de estos vehículos a gran escala, provenientes especialmente de Estados Unidos y Francia, lo que a su vez significó el comienzo del proceso de modernización de las carreteras para hacerlas más carrozables. A partir de 1917 se ensancharon y nivelaron varios tramos de la Carretera Nacional entre Ibarra y Cuenca, así como de la vía que existía entre Ibarra y San Lorenzo.

En 1918 se hizo pública la separación que el matrimonio real tenía desde hace más de una década, pues la reina Eulalia decidió establecer su residencia permanente en la Hacienda Pusuquí, lejos de su esposo e incluso de sus hijos, donde era visitada frecuentemente por sus amantes. Casi de inmediato el Rey también llevó a vivir en el Palacio de Alameda a su amante, lo que terminó de desacreditar por completo la figura de ambos.

A este escenario se sumaron los escándalos protagonizados por el príncipe Luis Fernando, segundo hijo de los Reyes que era llamado "príncipe de los maricas" por su notoria inclinación sexual, apodo del que disfrutaba e incluso lo utilizaba él mismo en sus continuas fiestas llenas de excesos. Los únicos miembros respetados de la familia eran el Príncipe de Azuay, su esposa Beatriz y los tres hijos de la pareja.

El Parlamento enviaba comunicados constantes a los Reyes y al príncipe Luis Fernando para exigirles decoro, llegando a discutir en varias ocasiones la petición de abdicación de la Corona en favor del Príncipe de Azuay para que todos los demás marcharan al exilio, propuesta que más de una vez estuvo a punto de pasar la votación reglamentaria. Esto ponía la estabilidad política del país en seria duda ante los inversores extranjeros, que a partir de 1920 empezaron a disminuir su interés en el país.

Crisis del Cacao[]

En 1916 asumió el Primer Ministerio el conservador Rafael Arízaga y Machuca, que vivió el aumentó la producción de cacao y esto ayudó a que las arcas fiscales y el presupuesto nacional vivieran una nueva época de bonanza para la obra pública. Inició entonces la construcción de las líneas ferroviarias de Ancón entre San Lorenzo y Tumaco (1913-1917), y la del Arenal entre Ambato y Guaranda (1915-1918).

Se repararon los edificios de miles de escuelas y hospitales, se construyeron y reforzaron docenas de puentes, incluyendo los primeros de gran longitud sobre los ríos de la Costa y el Oriente. Además se dotó a los centros de salud de todo el país con los más modernos aparatos médicos que se fabricaban en aquella época.

El sucesor de Arízaga, Gonzalo Fernández de Córdova, respaldó la creación de políticas sociales importantes, como la jornada laboral de ocho horas diarias y la abolición de la prisión por deudas ("apremio personal"), cuya consecuencia fue la progresiva desaparición del concertaje.

En 1919 apareció en América la plaga de la monilla, que comenzó a mermar la producción de cacao hasta que en 1920 cayó su precio de 26 a 12 dólares el quintal, situación de la que se aprovecharon los competidores de Asia y África. Esta crisis golpeó con fuerza los mercados latinoamericanos, provocando una grave crisis económica en los principales productores como Ecuador, Guayas, Brasil, Colombia, Venezuela, Perú y Zulia.

La llamada Crisis del Cacao causó graves estrago en la economía ecuatoriana, cuya moneda se devaluó de 2,25 a 4,27 dólares, mientras que el costo de la canasta familiar subió de 193 cóndores en 1916 a 215 en 1919. La carestía de la vida llevó a protestas populares, especialmente en San Lorenzo, que desembocaron en la unión de varios gremios sindicalistas a nivel nacional, agitados por el recientemente creado Partido Socialista.

El 15 de noviembre la Policía y el Ejército reprimieron brutalmente una manifestación popular en la capital mireña, en la que murieron alrededor de 30 personas y resultaron heridas otras 100. El hecho marcaría la debacle definitiva del Partido Liberal, duramente criticado por haber autorizado la intervención militar en el Parlamento.

Por otra parte, cobró notoriedad la figura de José Manuel Lasso de la Vega, líder de los socialistas, que vio en las revueltas una oportunidad para ganar la simpatía de los sindicatos y así hacerse con la mayoría parlamentaria en las elecciones de fin de año, que a su vez le representarían la llegada al Primer Ministerio.

El Lassismo socialista[]

José Manuel Lasso de la Vega

José Manuel Lasso de la Vega

Tras los terribles sucesos de la Crisis del Cacao, en 1920 el recientemente creado Partido Socialista, financiado por su similar de Rusia, se hizo con la mayoría de la Cámara del Congreso y, por tanto, con el Primer Ministerio en la persona de José Manuel Lasso de la Vega. El nuevo Gobierno aprovechó la crisis económica del cacao y los escándalos de la monarquía, para acrecentar el descontento popular y preparar un golpe como el que habían dado los Bolcheviques contra el régimen zarista en 1917.

En un mundo donde aún estaba bastante fresca la memoria de la masacre de la familia imperial rusa, ocurrida apenas dos años antes en manos de los bolcheviques, se convirtió inmediatamente en la mayor preocupación de la Casa Real ecuatoriana y otras Cortes latinoamericanas que seguían de cerca los hechos, esperando que no se repitan en sus propios territorios.

El 13 de mayo de 1920 Lasso presentó al Parlamento su propuesta para elaborar una nueva Constitución, que debido a la mayoría socialista en las dos cámaras fue aprobada sin ningún problema, acordando su disolución en cuanto iniciaran las sesiones de la Asamblea Constituyente. Se convocaron a elecciones en las que, para preocupación de los otros partidos políticos, los lassistas lograron una vez más mayoría absoluta.

La Asamblea se reunió entre el 8 de agosto y el 12 de septiembre en la Hacienda Guachalá, propiedad de la familia de Lasso de la Vega, cerca de la ciudad de Cayambe. El documento que redactaron, conocido como Carta Roja debido a su carga socialista, tuvo que ser sancionado por el Rey debido a la presión del apoyo popular que tenían los lassistas, entrando en vigencia el 1 de noviembre de ese mismo año.

En agosto de 1920 se creó la Real Escuela Nacional de Aviación, cuyo acto inaugural tuvo lugar el 4 de noviembre con el aterrizaje del primer avión que sobrevoló los cielos ecuatorianos entre las ciudades de San Lorenzo y Quito. La aeronave unipersonal fue llamada "El Telégrafo", y estaba piloteada por el italiano Elia Liut, que además se convirtió en el primer director de la Escuela.

Intento de Revolución socialista[]

Tras la disolución de la Asamblea Constituyente se convocó a nuevas elecciones para conformar el Parlamento, que tuvieron lugar el 16 de octubre y fueron nuevamente ganadas por el Partido Socialista, que representaba una mayoría de las tres cuartas partes del legislativo, en virtud de lo cual Lasso de la Vega fue nuevamente escogido como Primer Ministro.

La cada vez más radical corriente socialista del lassismo comenzó a causar preocupación entre los partidos conservador, orleanista y liberal, que se unieron para hacerle oposición pero no lograban nada debido a la abrumadora mayoría de los socialistas. Los líderes de las tres corrientes entraron en conversaciones con el rey Antonio II para solicitarle que haga uso de su poder constitucional para disolver el Parlamento y convocar a nuevas elecciones, con la esperanza de que el Partido Socialista perdiera su mayoría legislativa.

El 14 de enero de 1922 el Rey disolvió el Congreso mediante Real Decreto, ocasionando una revuelta en las calles debido al apoyo popular que tenían los socialistas, que llamaron al pueblo a derrocar la monarquía. Con el país al borde de una revolución como la rusa, y conociendo lo que había sucedido en ese país, el Ejército entró en escena para controlar los disturbios y desconoció el Gobierno de Lasso para conformar una Junta Militar presidida por el general Luis Telmo Paz y Miño, logrando que la revolución no terminara de gestarse.

Junta Militar de 1922[]

Debido a que el Rey había disuelto el Parlamento, lo primero que tuvo que tratar la Junta fue el tema de convocar a nuevas elecciones de manera inmediata, pero tras un consenso con los partidos conservador, orleanista y liberal, se decidió aplazarlas hasta finales de 1923 para que se lograra sofocar a los líderes socialistas, de lo contrario se corría el riesgo de que volviésen a ganar las elecciones.

Mientras tanto, Antonio II y la Junta Militar, presidida por el general Luis Telmo Paz y Miño, tomarían en conjunto todas las decisiones sin necesidad del legislativo. Se contrató al asistente financiero norteamericano John Hord, para que colaborara en la reforma del sistema fiscal que tanto necesitaba el Ecuador para salir de la crisis, pudiendo presentar ante el Rey un presupuesto unificado para el año fiscal de 1923.

Debido a que en 1922 se celebraba el centenario de la Batalla de Pichincha, gesta militar que había sellado la Independencia de Ecuador, se intentó retomar el rumbo que se había trazado para los actos conmemorativos. Pese a la crisis se inauguraron algunas esculturas y fuentes públicas en Quito; se entregó el edificio del Colegio Femenino 24 de Mayo, fundado también para esta fiesta; se entregó el Bulevar 24 de Mayo, construido sobre el relleno de la Quebrada de Jerusalén; y se realizó una Exposición de carácter nacional en el Palacio de La Recoleta.

Se editó el Atlas físico-escolar del Ecuador, elaborado por Luis Tufiño. Además, en un intento de demostrar los avances del Estado, se permitió la apertura del primer templo evangélico en la ciudad de Quito, la aparición de varios diarios a nivel nacional y se apoyó la producción literaria para las masas, lo que generó un falso estado de bienestar entre la élite, aunque el pueblo seguía sufriendo los estragos de la crisis financiera.

Durante el Gobierno de la Junta Militar se intentó impulsar la economía y hacer frente a la crisis del cacao, se desarrolló algunas obras de infraestructura y se promovió una política para el acercamiento a las ideas de la conciliación nacional, que terminaron por dar a luz al Partido Progresista, se desarrolló la aviación nacional y se fundó la Fuerza Aérea Ecuatoriana.

La Constitución moderna[]

La primera acción de la Junta Militar fue convocar una nueva Asamblea Nacional para redactar una constitución que dejara sin efecto la Carta Roja aprobada dos años antes. Debido al temor de un nuevo triunfo socialista, el método de elección de los diputados no fue mediante votación popular, sino que se nombraron en Colegios electorales provinciales de la coalición formada por conservadores, orleanistas y liberales.

La Asamblea se reunió entre el 5 de abril y el 2 de mayo en el Palacio Parlamentario, redactando la Constitución Moderna, que retomaba muchos elementos de la carta magna original de 1847, y es la que se encuentra en vigencia hasta la actualidad.

La nueva Constitución dio más poder a la Cámara del Congreso, pues cualquier legislador, individualmente, podía interpelar a los ministros de Estado y pedir su censura o el voto de desconfianza, extensible en la misma sesión a todo el Gabinete. Incorporó los escaños en la Cámara del Senado para representantes de la prensa, la enseñanza primaria y normal, la educación secundaria y superior, las academias, la agricultura, la industria y los indígenas.

En materia de garantías y derechos sociales fue la más avanzada de las constituciones expedidas en América, garantizaba el hábeas corpus, el voto universal de la mujer, establecía un límite a las grandes propiedades agrícolas, consagraba la igualdad todos los hijos sin tener en cuenta la relación entre sus padres, la función social de la propiedad y la representación de las minorías políticas.

La Asamblea también redactó leyes como el Código Penal, el Código de Procedimiento Civil, la Ley Orgánica del Poder Judicial, la Ley de Trabajo, estableciendo el contrato individual, la jornada máxima de ocho horas, el descanso dominical obligatorio, la regulación del trabajo de mujeres y menores, protección de maternidad, desahucio, accidentes y procesamiento de las acciones provenientes del trabajo.

Las reformas del Ayorismo[]

Isidro Ayora Cueva

Isidro Ayora, primer ministro entre 1924 y 1928.

Finalmente se convocaron a elecciones en las que el Partido Socialista no logró superar el 6% de los escaños, saliendo triunfador el Partido Progresista, fundado por una coalición de liberales y conservadores moderados que eligieron al médico Isidro Ayora Cueva como principal candidato de la terna al Primer Ministerio.

De acuerdo a lo planificado, Ayora fue escogido por el Rey y comenzó su Gobierno con una propuesta de cambios que necesitaba la nación para recuperar el cause político y social tras la cuasi revolución socialista, cuyos adeptos aún no habían sido controlados del todo. Se convocó a una gran mesa de diálogo con distintos sectores para establecer las directrices y, en particular, de la situación económica.

El ministro de Hacienda, Humberto Albornoz, acogió el análisis del sector bancario como principal causa de la crisis al excesivo gasto del Gobierno y la merma de la producción desde 1915, recomendando suprimir estas causas, fortalecer la moneda y convocar a una misión extranjera para asesorar en asuntos financieros. Ayora y el Rey iniciaron negociaciones con Kemmerer, profesor de la Universidad de Princeton que gozaba de fama internacional, ya que había trabajado para Filipinas, Egipto, India, Puerto Rico, Alemania, México, Guatemala, Colombia, Polonia, Unión Sudafricana y Chile.

La Misión Kemmerer presentó al Gobierno las leyes del Banco Central, monetaria, general bancaria, de regulación de los contratos de préstamos sobre tierras, de presupuesto, de reestructuración de la contabilidad del Estado y de creación de la Contraloría General, de revisión del impuesto a la renta, de revisión de la administración de aduanas, y de revisión de los derechos sobre exportación de tagua. Presentó reformas al Código Penal en puntos de falsificación y circulación de cheques fraudulentos, reformas a los artículos de la Constitución que estaban en conflicto con las leyes propuestas, y enmiendas al Código de Procedimiento Civil y a la Ley Orgánica del Poder Judicial.

En 1923 se fundó la Superintendencia de Bancos, el Banco de Fomento y la Caja de Pensiones de Empleados, lo que causó un considerable aumento del aparato burocrático. Se estableció de manera definitiva la autonomía universitaria, implantó la cédula de identificación ciudadana, reguló los alquileres de viviendas y aumentó el impuesto a las herencias. Se creó el Ministerio de Obras Públicas.

En 1923 comenzó la explotación petrolera en los abundantes yacimientos que fueron encontrados en la región amazónica ecuatoriana por la Anglo-French Oil Company, de capitales ingleses y franceses que andaban en busca de un proveedor más barato que Rusia, país que lideraba la producción mundial en aquella época y que además se encontraba en manos del comunismo.

La Gran Depresión[]

En 1929 Ayora debió hacer frente a la llamada Gran Depresión, una crisis financiera mundial que se prolongó a lo largo de la década de 1930 y causó la recesión en la economía de todos los países. Su inicio tuvo lugar con la caída de la bolsa de New York el 29 de octubre de ese año, y pese a los esfuerzos de los políticos estadounidenses, tuvo un efecto dominó en todas las naciones.

Pese a que Ecuador también se consideró afectado por la crisis mundial, sus efectos no fueron tan devastadores justamente por las políticas económicas del ayorismo, que estaban planificadas para el despegue inmediato de los ingresos del país, pero que en todo caso sirvieron para mantenerlos estables y no caer en las grandes depresiones de los países vecinos.

Para hacer mejor frente a la crisis, al igual que muchos países industrializados, Ecuador tomó la arriesgada decisión de abandonar el patrón oro en 1931. La flotación del sucre fue acompañado de la concesión de crédito barato y el proteccionismo de sus industrias. Las posibilidades de acceso a préstamos a bajo costo fue uno de los factores que contribuyó a impulsar el mercado de la construcción, siendo el responsable, además, del crecimiento urbano de muchas ciudades.

Por otro lado, el establecimiento de una política arancelaria dio por finalizado un período de casi noventa años de libre comercio, con la importante consecuencia de colocar al mercado interno como motor del crecimiento. Este rasgo se vinculaba con la pérdida de competitividad de los productos ecuatorianos y con las posibilidades de expansión del consumo de masas que se desarrollaría plenamente en la posguerra.

Si bien la economía ecuatoriana experimentó una recuperación más prolongada y sostenida que la del resto de los países industriales, hubo dos aspectos negativos importantes: el alto desempleo y la concentración empresarial producto del proteccionismo y la preferencia nacional.

Escándalo del Duque de Esmeraldas[]

Luis Fernando de Orleans-Borbón

Luis Fernando de Orleans-Borbón, duque de Esmeraldas.

En 1924 el príncipe Luis Fernando, duque de Esmeraldas fue acusado de estar envuelto en un sonado caso de tráfico de drogas, y aunque su participación era evidente nunca fue del todo comprobada. El asunto tuvo tanta resonancia en los medios que el Parlamento le obligó a abandonar el país, so pena de perder sus títulos y pensiones, debiendo trasladarse a Portugal, donde en 1929 fue nuevamente encontrado intentando pasar cocaína a España.

Este último escándalo causó que Luis Fernando perdiera definitivamente sus privilegios y la relación familiar, no solo con la Casa real ecuatoriana sino con su esposa Isabel de Breton e hijos, que regresaron a Quito desde donde se enviaron los papeles de divorcio, acto que contaba con el apoyo personal de Antonio II. Sin embargo, el Duque siguió contando con algo de apoyo de su madre, la reina Eulalia.

Los títulos del ex-príncipe se rehabilitaron en su hijo Luis Felipe, que a sus cortos diez años de edad se convirtió en el II duque de Esmeraldas y IV de Montpensier. Por su parte Luis Fernando nunca regresaría al país, y después de un segundo matrimonio por interés con una anciana Princesa de Broglie, moriría solo en la ciudad de París, en 1945.

Últimos años y muerte[]

Antonio II con su perra Tungurahua

El Rey con su perrita Tungurahua.

El polémico rey Antonio II falleció el 24 de diciembre de 1930 tras celebrar la misa de Nochebuena en la Hacienda Pusuquí, hasta donde se había trasladado como cada año en compañía de algunos miembros de la Familia Real para pasar las festividades decembrinas. Se encontraban allí el príncipe Alfonso de Azuay con su familia, la princesa Isabel de Breton con sus hijos, y el Duque de Cotopaxi con su familia.

El monarca había sido víctima de una apoplegía cerebral igual que su padre, probablemente causada por la vida de excesos que había llevado y el frío congelante de aquella noche. Sus restos fueron colocados durante la noche en la Capilla de la Hacienda, para ser trasladados al día siguiente hasta la Catedral de Quito, donde fueron velados y recibieron los honores respectivos. Finalmente fue sepultado en el Panteón Real de la Basílica del Sagrado Corazón. La reina Eulalia presidió los funerales, pese a que no había convivido con su marido desde 1918.

Títulos, tratamientos y distinciones[]

  • 26 de febrero de 1866 - 3 de diciembre de 1873: Su Alteza Real el príncipe Antonio, duque de Esmeraldas.
  • 4 de diciembre de 1873 - 5 de febrero de 1890: Su Alteza Real el príncipe Antonio de Azuay, duque de Pichincha, marqués de Chatham y conde de Iquitos.
  • 6 de febrero de 1890 - 24 de diciembre de 1930: Su Real Majestad el rey Antonio II de Ecuador, duque de Galápagos, señor del Gran Maynas y protector de la Nación.

Distinciones honoríficas[]

Reino de Ecuador


Extranjeras

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