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Fachada principal del Palacio Real de Buena Vista.
El Palacio Real de Buena Vista, llamado también Palacio de San Cristóbal, es la residencia oficial de la Casa de Orleans-Braganza en la ciudad de Río de Janeiro, capital de la monarquía de Brasil, y por tal efecto del Rey de ese país y su familia. Recibe su nombre por la maravillosa vista de 180 grados que se obtiene desde el lugar en el que se encuentra emplazado, en el barrio de San Cristóbal.
Historia[]
En el siglo XIX, la zona conocida como la Quinta da Boa Vista pertenecía a Elias Antônio Lopes, un rico comerciante portugués que en 1803 construyó una mansión en una colina. Dada la escasez de espacio residencial en Río de Janeiro para dar cabida a todos los miembros de la familia real portuguesa, que en 1808 llegaron a Brasil huyendo de las tropas de Napoleón), Elías decidió donar su propiedad al príncipe regente Juan de Braganza, para servir como residencia real.
El área estaba rodeada de manglares y la comunicación por tierra con la ciudad era difícil, por lo que el drenaje y saneamiento de los humedales dio lugar a la apertura de caminos transitables. Para acomodar mejor la numerosa familia, el Príncipe ordenó la reforma de la casa al arquitecto inglés John Johnston, que la transformó en un auténtico palacio que ya era habitable para 1821. También se instaló una puerta en los límites de la propiedad, regalo enviado desde Inglaterra por el aristócrata Hugh Percy.
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El palacio alrededor del año 1860.
Después de la declaración de la Independencia de Brasil en 1822, el Palacio se convirtió en la residencia del emperador Pedro I, que continuó con la renovación y ampliación del edificio con el arquitecto portugués Manuel da Costa, seguido por el arquitecto francés Pierre-Joseph Pézerat, reconocido como el autor del diseño final de estilo neoclásico. Pézerat añadió una nueva torre a la izquierda de la fachada principal y construyó el tercer piso.
El trabajo fue continuado después de 1847 por el artista brasileño Manuel de Araújo Porto-Alegre, que integró las fachadas del edificio, seguido por el alemán Theodor Marx. Varias salas del palacio fueron decoradas por el artista italiano Mario Bragaldi, incluido el Salón del Trono y la Sala de Embajadores, pintados con la técnica del trompe-l'œil.
Después de la boda de el príncipe Pedro y la archiduquesa María Leopoldina de Austria, en 1817, la pareja continuó viviendo en el palacio, donde nacerían sus hijos, incluidos la futura reina María II de Portugal, y el emperador Pedro II de Brasil. Este último ordenó la remodelación de los jardines en 1869, dejando a cargo del proyecto al diseñador francés Auguste François Marie Glaziou, que incluyó las lagunas, puentes, cuevas y falsos templos antiguos, todos siguiendo la tendencia de la época romántica.