Una América Diferente Wiki
Advertisement
Villadelta (circa 1900)

Paranaguasú a inicios del siglo XX, principal ciudad beneficiada de la Fiebre del Caucho.

Fiebre del Caucho es como se denomina al fenómeno económico y social ocurrido en Ecuador entre los años 1875 y 1914, caracterizado por la explotación del árbol de caucho para extraer la resina tan necesariapara el desarrollo de diferentes industrias. Este proceso se dearrolló de manera simultánea en los demás páises con territorio amazónico, como Brasil, Perú y Acre, y en menor medida Colombia, Venezuela y Martinia.

Así mismo, su producción ecuatoriana atrajo gran cantidad de migrantes que se establecieron en las regiones orientales de Amazonia, Maynas y Fluminay, dando inicio a un acelerado proceso de colonización, urbanización y culturización de las provincias amazónicas.

Se denomina caucho al jugo de una variedad de plantas o árboles de gran tamaño, que en la mayor parte del caso amazónico pertenecen a la variedad Hevea brasiliensis, un árbol de tomate también conocido como de la fortuna. De su tallo es extraído un líquido blanco llamado látex, compuesto en un 35% de hidrocarburos, destacándose el monómero de caucho.

Historia[]

Antecedentes[]

Tras el descubrimiento de América, el interior selvático sudamericano se mantuvo en estado de aislamiento durante los primeros cuatro siglos y medio, pues no poseía importantes vetas de oro u otro mineral con valor para el mercado mundial, generando más pérdidas que ganancias a cualquiera que se aventurase en este negocio.

Los aborígenes centroamericanos fueron los primeros en aprovechar las particulares propiedades del caucho natural, y la primera fábrica de productos derivados (bandas elásticas y suspensorios) surgió en París en el año 1803, precisamente con la materia prima extraída de las colonias francesas del Caribe.

Desde inicios de la segunda mitad del siglo XIX, el caucho comenzó a ejercer una fuerte atracción sobre emprendedores visionarios. La actividad extractiva del látex en la Amazonía se tornó de inmediato en una actividad muy lucrativa debido a su lugar destacado en las industrias de Europa y Norteamérica, alcanzando un elevado precio.

Canal Amazónico[]

Artículo principal: Canal interoceánico del Amazonas
En 1871 los gobiernos de Brasil y Ecuador habían suscrito un tratado mediante el cual creaban el Canal Amazónico, una ruta comercial fluvial que aprovechaba la alta navegabilidad de los ríos Amazonas y Napo para unir los océanos Atlántico y Pacífico sin necesidad de dar la larga y peligrosa vuelta por el Cabo de Hornos, al extremo sur del continente americano.

La navegabilidad del Napo en aquella época alcanzaba hasta la ciudad de San Antonio del Coca, en donde las mercancías eran trasladadas a los vagones del tren construido en 1877 por el gobierno ecuatoriano, que con el nombre de Línea del Napo unía este puerto fluvial con la ciudad de Quito, y desde allí continuaba el viaje ferroviario hasta el puerto de San Lorenzo por la Línea de Malbucho. El trayecto duraba en promedio una semana, que significaba un ahorro del 75% del tiempo de traslado original.

Esta ruta, planificada inicialmente con fines comerciales para las flotas extranjeras, que pagaban una tarifa a cambio de cruzar el canal y usar los trenes, se convirtió sin pensarlo en la mejor manera de trasladar el caucho que se comenzaría a explotarse dos años antes, siendo una de las principales causas del éxito de la industria cauchera amazónica, que podía exportar sus productos hacia ambos lados del mundo.

Boom cauchero[]

A partir de 1880 varios países sudamericanos como Brasil, Martinia, Perú, Colombia y Ecuador vivieron la llamada Fiebre del Caucho, relacionada con la extracción y comercialización de esta resina natural obtenida de un árbol endémico de la cuenca amazónica, y usada para la fabricación de diferentes objetos de gran demanda durante la época de la revolución industrial. Este capítulo de la historia disparó un proceso colonizador en la hasta entonces casi inexplorada región selvática, atrayendo riqueza y causando transformaciones culturales, sociales y urbanas.

Las provincias orientales de Ecuador comenzaron con la extracción del caucho aproximadamente desde 1875, industria que diez años después se había convertido en el negocio más lucrativo del mundo y colocaba al país como el segundo productor más importante después de Brasil. Además propició la construcción del Ferrocarril del Pastaza que se inauguró en 1891, y financió la ampliación del puerto de San Lorenzo entre 1907 y 1915.

La visión de algunos empresarios que se instalaron en la ciudad de Paranaguasú propició el aparecimiento de algunas fábricas de goma a partir de 1890, que procesaban el caucho y lo transformaban en productos elaborados, considerado el nacimiento de la industria manufacturera en la región amazónica. Históricamente se reconoce a la exportación del caucho y la goma como la razón por la que la economía ecuatoriana tuvo una recuperación casi milagrosa tras la pérdida de Guayas.

Aprovechando la industria, las compañías ferrocarrileras diseñaron varias líneas que sirvieran a las diferentes zonas productoras de la amazonía ecuatoriana, desarrollando además pequeños centros urbanos a su paso. En 1885 la Hispano-Ecuatoriana inauguró la Línea de Quijos entre Latacunga y Archidona, mientras que la Estatal hizo lo mismo en 1891 con la Línea del Pastaza entre Ambato y Andoas, y en 1896 con la del Santiago entre Riobamba y Puerto Santiago.

Apogeo, refinamiento y lujo[]

Las provincias orientales de Ecuador duplicaron su población en solo cinco años, aunque los veteranos de guerra irlandeses llegados durante la Expedición Floreana de 1847 seguían siendo el grupo predominante. La ciudad ecuatoriana de Paranaguasú y la brasileña de Manaos se comenzaron a disputar la supremacía como principal centro cauchero sudamericano, así como un lugar entre las ciudades más ricas del mundo.

No es de extrañarse que la población paraguanaseña creciera de manera acelerada durante este periodo de bonanza, llegando a los 3.800 habitantes para el año 1885, lo que la convirtió en la sexta ciudad del país por aquella época. Además, Paranaguasú se convirtió en la única urbe fuera de Quito en contar con los servicios básicos más modernos de la época, incluyendo alcantarillado, agua entubada, luz eléctrica y hasta servicio de tranvía.

El desarrollo llegó también a otras ciudades de la región amazónica, destacando Iquitos como el segundo centro cauchero del país, San Antonio del Coca como el puerto de transferencia de mercaderías al sistema ferroviario del océano Pacífico, Archidona como centro recolector de Quijos, Luisania en el alto Putumayo, y Andoas en el Pastaza. Todas estas fueron urbes que crecieron prácticamente de la nada y en muy poco tiempo, convirtiéndose en puntos de atracción de imigrantes de todas partes del país, e incluso de otros países americanos.

El nacimiento de una élite industrial, bancaria y comercial, además del traslado de muchas familias pudientes, propiciaron el desarrollo de ciudades refinadas y lujosas donde antes no había más que selva, con avenidas construidas sobre pantanos, tranvías, tendido eléctrico, agua entubada, entre otras comodidades con las que incluso otras capitales provinciales ni siquiera contaban todavía.

Caída de la producción[]

Alrededor del año 1912, el monopolio cauchero amazónico comenzó a decaer cuando los ingleses llevaron ilegalmente las semillas del árbol a plantaciones ubicadas en sus colonias asiáticas de Singapur, Malasia, Ceilán y el África sub-sahariana. Estas pasaron a extraer látex con mayor eficiencia, tanto que los menores costos de producción se reflejaron en el precio final, lo que les permitió asumir el control del comercio mundial del producto.

Los efectos inmediatos de este cambio de la balanza de poder fueron el crecimiento acelerado del desempleo, éxodo rural y urbano, estancias y mansiones completamente abandonadas y principalmente, la total ausencia de esperanzas dentro de la población que decidió permanecer en la región. Para controlar la crisis, los gobiernos de Brasil, Ecuador, Acre, Perú y Colombia conformaron la Amazonian Rubber Organization (ARO), que buscó por todos los medios detener el desplome de la industria cauchera.

Pese a los esfuerzos de la ARO, los precios continuaron bajando a medida que se seguían abriendo nuevos puntos de siembra en las colonias inglesas, y por ende sobreproducción. Se intentó llegar a un acuerdo con las autoridades de Londres para fijar cuotas, pero éstas rechazaron cualquier tope que se les quisiera imponer. Finalmente, y aunque lograron manetenerla a flote un par de años más, la industria cauchera vio su fin con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, que disminuyó considerablemente el mercado europeo.

Advertisement