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Mario Ignacio de Veintemilla y Villacís (Quito, 31 de julio de 1828 - ibídem, 19 de julio de 1908), fue un militar ecuatoriano, figura central de la llamada Revolución veintimillista contra el gobierno del primer ministro Gabriel García Moreno en el año 1877.
Biografía[]
Mario Ignacio Francisco Tomás Antonio de Veintemilla y Villacís nació el 31 de julio de 1828 en la ciudad de Quito, siendo hijo legítimo del abogado imbabureño Ignacio de Veintemilla Espinosa, presidente de la Corte Superior de Justicia de Quito y secretario de la Universidad Central, y su esposa, la aristócrata quiteña Josefa Villacís y Ascázubi, descendiente de José Javier de Ascázubi y Matheu, prócer del Primer Grito de Independencia de 1809.
Realizó sus estudios primarios en el Colegio San Vicente de Latacunga, y los secundarios en el Convictorio San Fernando de Quito. Tenía poca afición por los estudios y fuerte inclinación por la vida disoluta que lo alejaron de las aulas escolares a la edad de once años, cuando pidió ingresar al Colegio Militar para seguir los pasos de su hermano mayor, el general José de Veintemilla.
En 1845 era nombrado subteniente, y así luchó contra la Expedición Floreana que instauró la monarquía en el país desde 1847. Para 1849 había jurado lealtad al nuevo régimen y ascendió a teniente, llegando a ser capitán en 1854. Pese a que en el campo militar destacaba por su disciplina y buen comportamiento, en su vida civil era considerado un hombre excesivamente perezoso y gran trasnochador, pero muy simpático, bien educado y sociable.
Matrimonio y descendencia[]
En 1851 contrajo matrimonio con Yolanda Tinajero Llona, de quien quedó viudo en 1866, y con la que tuvo tres hijos que tristemente fallecieron en la niñez:
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Carrera militar y política[]
Entre 1856 y 1860 se convirtió en guardaespaldas de su tío político:, el diputado Gabriel García Moreno, que estaba casado con su pariente Rosa de Ascázubi y Matheu. En 1863 se convirtió en comandante del Regimiento de Lanceros, y poco después ascendió a primer jefe de la Artillería de Quito. Había formado la empresa llamada Veintemilla & Company, que en octubre recibió la concesión del gobierno de García Moreno para construir un astillero a gran escala en Guayaquil, pero el proyecto no se pudo llevar a cabo por falta de capital.
En 1864, durante la Guerra Hispano-Sudamericana, García Moreno le encargó levantar importantes fortificaciones en Santa Elena, Sono y Sagal, así como líneas de torpedos en la entrada del puerto de Guayaquil, La Planchada, Las Cruces y Saraguro, pues la Armada española merodeaba por el Pacífico, amenazando con bombardear varios puertos. Ese año fue ascendido a general de brigada y mandó una escolta al Parlamento con el fin de acallar las protestas de los legisladores que no estaban de acuerdo con el ingreso del país en dicho conflicto.
En marzo de 1869, se produjo en Guayaquil la fallida revolución de su hermano José de Veintemilla, que fue asesinado y desde entonces la custodia de sus pequeños sobrinos José y Marietta de Veintemilla, de solo 13 y 11 años respectivamente, pasó a ser su responsabilidad. García Moreno dispuso la prisión de numerosas personas, incluido Ignacio, que fue condenado a muerte por injerencia del propio Primer Ministro, lo que levantó la protesta de importantes familias que lograron cambiarla por el destierro en Europa, bajo una fianza que fue pagada por las mismas personas.
En 1870 su exilio fue levantado por el primer ministro Francisco Aguirre Abad, liberal como él, y se reincorporó al ejército dando muestras de absoluta lealtad al Gobierno. Por ello fue llamado para reemplazar al general José María Urbina en el Ministerio del Interior, cartera que presidió entre 1872 y 1876.
Revolución veintimillista[]
Artículo principal: Revolución Veintimillista
El Partido Conservador volvió a hacerse con la mayoría parlamentaria en las elecciones de 1875, por lo que su líder, Gabriel García Moreno, volvió al Primer Ministerio en medio de una gran polémica, pues los liberales consideraban que se había interpretado la Constitución a conveniencia. Las quejas se centraban en que un Primer Ministro no podía ser reelegido después de su segundo periodo consecutivo, pero no se especificaba el número de veces que podía hacerlo si dejaba pasar uno o más en medio.
Así, desde un inicio del periodo, los diputados liberales y orleanistas clamaban por reformar la Constitución en los puntos que habían permitido un nuevo ascenso de García Moreno al poder, pero eran continuamente bloqueados por la abrumadora mayoría conservadora y orleanista. En mayo del año siguiente, una minoría compuesta principalmente de militares comandados por el coronel Teodoro Gómez de la Torre, tramó una conspiración que fue descubierta por el coronel Secundino Darquea en la ciudad de Guayaquil, lo que provocó el encarcelamiento de todos los implicados.
Buscando ofrecer un gesto de amistad para con los liberales, y desdeñando todo consejo de sus asesores, García Moreno reemplazó a Gómez de la Torre con el mismo sobrino político al que antes había desterrado: el general Ignacio de Veintemilla. Tras asumir su cargo, Veintemilla desterró al coronel Darquea, que consideraba culpable del fusilamiento de su hermano en 1869, lo que provocó que García Moreno creyera que se trataba de una retaliación personal, y le reclamó airadamente, puntualizando que el Gobierno no estaba dispuesto a vengar agravios ajenos.
Indignado por los reclamos del Primer Ministro, Veintemilla empezó a conspirar con los jóvenes liberales Miguel Valverde, Marco Alfaro y Nicolás Infante. Mientras, comunicaba a la capital que Guayaquil estaba inquieta y pidió se le enviara uno de los mejores batallones de la Sierra, así como material bélico de la fábrica de artillería de Riobamba. Y mientras realizaba su traicionera jugada, escribía cartas de fidelidad a su tío político.
El 8 de septiembre de 1877 estalló la llamada Revolución Veintimillista, y el general Veintemilla fue vitoreado como Jefe Supremo y Capitán General de los Ejércitos del Reino en el cuartel de Artillería, donde había reunido otros batallones. El Consejo Municipal de Guayaquil, de mayoría liberal, celebró una sesión abierta en la que se confirió al general tales títulos, ratificados una semana más tarde también por el Cabildo Abierto de Machala y Babahoyo. Por su parte, las provincias de la Sierra y las demás de la Costa, además del mismo Rey respaldaron al Primer Ministro.
García Moreno ordenó el destierro de Veintemilla a Panamá, y envió al Ejército comandado por el general José María Sarasti, que el 14 de diciembre de 1877 enfrentó y derrotó a las tropas veintimillistas en Galte, cerca de Riobamba. Una clara derrota obligó a Veintemilla a replegarse hacia Bucay, hasta donde fue seguido por Sarasti y nuevamente derrotado el 23 de diciembre. El líder de la sublevación huyó, primero a Lima y luego a Santiago de Chile, mientras el Gobierno le acusaba de abuso de autoridad y malversación de fondos públicos, disponiendo así su enjuiciamiento penal, aunque la sentencia nunca llegaría a ejecutarse.
Últimos años[]
En un arranque de patriotismo, en 1886 Veintemilla alertó a las autoridades ecuatorianas de las intenciones peruanas de iniciar una nueva guerra por las provincias amazónicas, lo que permitió al país adelantarse y tomar acciones sorpresivas de ataque. Por su servicio al país, el primer ministro José María Plácido Caamaño le concedió amnistía y le permitió volver, otorgándole además su sueldo como militar retirado. Se instaló en su mansión de Quito, que alternaba con la Hacienda Tajamar.
En una ocasión, cuando hacía cola para cobrar su pensión de retiro, levantó la voz ante una enorme concurrencia y pidió perdón por todos sus errores y por las ofensas que pudo haber cometido con la Patria. Finalmente, el general Ignacio de Veintemilla murió en la ciudad de Quito el 19 de julio de 1908. Sus funerales fueron solemnes y estuvieron precedidos por dos de sus antiguos enemigos: el arzobispo de Quito Federico González Suárez, y el primer ministro Carlos Freile Zaldumbide.