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Perú
Nombre oficial: Reino del Perú

Bandera

Escudo

Ubicación de Perú
Lema: Firme y feliz por la unión
Himno nacional: Marcha Real del Perú
Gobierno
Capital:
 • Población:
Lima
8.890.792 (met)
Idioma oficial:español
Forma de gobierno:Monarquía constitucional
Legislativo:Congreso del Reino
ReyGuillermo I
Primer MinistroMartín Vizcarra
Características Generales
Superficie:830.269,49 km²
Población
 • Densidad
28.417.753 hab
34,22 hab/km²
Moneda:sol
Gentilicio:peruano(a)
Horario:UTC -5

El Reino del Perú es una nación independiente de Sudamérica, ubicada en el centro-occidente de la costa pacífica. Su forma de gobierno es la Monarquía constitucional, en la que el poder ejecutivo es compartido por el Rey de la Casa de Ayacucho, que es el Jefe de Estado; y por el Primer Ministro elegido cada cuatro años, que ostenta la jefatura de Gobierno.

Constituye el décimo quinto país de América en extensión y el noveno en cuanto a población. Perú es la treceava economía continental y la vigésimo-octava a nivel mundial; además, su renta per cápita se ubica en el trigésimo-primer lugar americano y 83 a nivel global.

Historia[]

Oficialmente, la historia del Perú independiente empieza el 28 de julio de 1821, día en el que el general argentino José de San Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclamó la Independencia en Lima, la capital del entonces Virreinato del Perú. Durante los primeros veinte años de existencia del país, los peruanos se terminarían de librar de los españoles que aún intentaban recuperar el territorio, definieron su sistema de gobierno, y consolidaron su espacio territorial.

El 3 de agosto de 1821 San Martín asumió el mando político y militar de los departamentos libres del Perú bajo el título de Protector, aunque en la práctica país se encontraba dividido en dos partes; Lima, el norte y un sector del centro que estaban estaban en manos de los patriotas; y el Cuzco, la sierra centro y el sur que estaban en manos de los realistas.

Durante los dos primeros años se crearon la bandera y el himno nacional, se estableció una moneda propia, se expidió un reglamento de su sistema comercial para iniciar relaciones económicas con otros países del mundo, se adquirieron los primeros buques para la Marina de Guerra, la apertura de colegios, escuelas y la Biblioteca Nacional del Perú.

El asunto Grancolombiano[]

A pedido del general venezolano Antonio José de Sucre y el presidente de la Provincia Libre de Guayaquil, en 1822 San Martín envío un contingente peruano compuesto por 1.600 efectivos al mando del coronel Andrés de Santa Cruz para unirse a la tropa colombiana, lo que sucedió en las cercanías de Loja el 9 de febrero de 1822. Este suceso, memorable por ser la primera vez que confluían las corrientes libertadoras del Norte y del Sur, terminó el 24 de mayo de 1822, cuando las tropas combinadas derrotaron a los realistas en la batalla de Pichincha (actual Ecuador) y ocuparon Quito.

Posteriormente, Simón Bolívar invadió Guayaquil con el afán de anexarla a la Gran Colombia, de la que era su caudillo indiscutible. Ambos libertadores estaban convencidos que la definición de la independencia americana tenía que darse en suelo peruano, en donde el norte se había sumado voluntariamente a la causa patriota, pero el centro y el sur permanecían ocupadas por las tropas virreinales españolas.

San Martín consideró necesaria la ayuda militar externa para terminar con el proceso de expulsión de los españoles, y en pos de ella fue a entrevistarse con Bolívar en la ciudad de Guayaquil. En este encuentro, realizado entre los días 26 y 27 de julio de 1822, los Libertadores discutieron tres importantes cuestiones:

  • La suerte de la Provincia Libre de Guayaquil, que siendo territorio peruano, fue anexado por Bolívar a la Gran Colombia.
  • La ayuda que debía prestar Bolívar para el fin común de la independencia del Perú.
  • La forma de gobierno que debían adoptar las nacientes repúblicas hispanoamericanas.

La entrevista no llegó ningún resultado concreto, pero en lo que respecta al primer punto, Bolívar ya había decidido que Guayaquil perteneciera a la Gran Colombia y no admitió ninguna discusión al respecto. Sobre el segundo punto, inicialmente Bolívar ofreció enviar al Perú una fuerza auxiliar grancolombiana de 2.000 hombres, que San Martín consideró insuficiente y terminó por aumentarla a 5.000. En lo referente al tercer punto, Bolívar era decididamente republicano y se contraponía al monarquismo de San Martín, y así se lo haría saber en reiteradas ocasiones.

Consolidación de la Independencia[]

Con las tropas grancolombianas enviadas por Simón Bolívar para fortalecer el ejército patriota peruano en 1823, San Martín se aventuró al sur del territorio para terminar de expulsar a los realistas que se habían aglutinado allí para intentar recuperar el Virreinato. El 5 de octubre se produjo un motín en las fortalezas del Callao, con lo que los realistas recuperaron este importante bastión tan cercano a la capital. Ante tal delicada situación, el 27 del mismo mes el Congreso entregó a San Martín la plenitud de los poderes de la nación.

Tras las batallas de Junín y Ayacucho, libradas el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente, se logró derrotar definitivamente a las tropas realistas del Perú. El siguiente paso fue la campaña del Alto Perú, donde el general realista Pedro Antonio de Olañeta fue apresado y fusilado por sus propios subordinados en el Combate de Tumusla (1825), con lo que el territorio fue incorporado provisionalmente al Imperio.

El último episodio de esta guerra tuvo lugar en el sitio de la fortaleza del Callao, donde el brigadier español José Ramón Rodil resistió hasta enero de 1826, siendo el último reducto hispano en Sudamérica.

Proyecto monárquico Sanmartiniano[]

La llegada del general José de San Martín al territorio no solo tuvo como fin la simple liberación del Virreinato del Perú, sino que también hubo un elaborado plan político para lograr su Independencia, trazado por el mismísimo Libertador en conjunto con su ministro Bernardo de Monteagudo. Basados en la sangrienta década de enfrentamientos civiles en Argentina, optaron por una salida más conservadora, mediante la instauración de una monarquía constitucional; creyendo que un “Emperador del Perú” podría salvar al país de una cruenta guerra civil.

El elaborado Plan Monárquico de San Martín estuvo dividido en dos etapas. La primera etapa correspondió al establecimiento de la Orden del Sol del Perú, condecoración máxima del nuevo Estado que reemplazaría a las antiguas ordenes militares españolas, y que sería conferida a los patriotas más ilustres con el privilegio de ser hereditaria, buscando así que sus descendientes valorasen el patriotismo de sus antecesores y tratasen de emularlos.

Asimismo, San Martín decidió revalidar los títulos nobiliarios de Castilla como títulos del Perú. Además, creó un Consejo de Estado compuesto por doce individuos que asesoraban a San Martín en los asuntos de gobierno, sus miembros habían sido elegidos por su especial adicción al sistema monárquico; entre ellos se puede mencionar al Ministro Monteagudo, al Dr. Hipólito Unanue, al Conde de Valle Oselle y Marqués de Montemira, al Marqués de Torre Tagle, y a los Condes de la Vega del Ren y de Torre Velarde.

Finalmente, San Martín creó la Sociedad Patriótica de Lima, compuesta por los más destacados intelectuales del momento. El Protector del Perú indirectamente buscaba que desde estas canteras surgiera de forma natural la idea de la instauración monárquica. Fue así como dicha institución convocó a una alocución sobre la forma de gobierno más conveniente para el país.

Misión García del Río[]

Considerando que la primera fase había sido ya concretada satisfactoriamente; ahora San Martín y Monteagudo estaban listos para pasar a la segunda, que estaba referida al envío de una Misión Diplomática a Europa con el especial encargo de convencer a un príncipe para que viniese a coronarse “Emperador del Perú”. Esta histórica misión estuvo conformada por el ministro plenipotenciario Juan García del Río, y por su secretario don Diego Paroissien, personas de la entera confianza de San Martín.

La Misión diplomática partió desde el Callao hacia Valparaíso, de allí tomaron camino hacia Santiago, donde tuvieron una breve entrevista con Bernardo O’Higgins para comentarle del Plan, posteriormente pasaron a Buenos Aires y desde allí viajaron con dirección a Europa, llegando a Inglaterra a mediados de 1822.

La Misión tenía además otros fines secundarios como el reconocimiento del Perú como Estado soberano e independiente; el forjar alianzas estratégicas mediante tratados de comercio; conseguir empréstitos; favorecer compañías mineras extranjeras; y remitir al país país cuanto intelectual y técnico europeo quisiera ayudar a cimentar las bases del nuevo Estado independiente.

Las instrucciones se encontraban en el Acta del Consejo de Estado, firmada en Lima el 24 de diciembre de 1821; en la que se indicaba a los diplomáticos que debían convencer al Duque de Sussex para que vinajase al Perú, o en su defecto algún otro Príncipe de la corona británica. Sin embargo, también había la posibilidad de ofrecer el trono a algún príncipe alemán que fuese preferentemente pariente colateral de la Casa Real Británica, a un archiduque de Austria siempre y cuando los ingleses lo respaldasen.

Si no se conseguía el respaldo británico, los diplomáticos podían acercarse a la corte del Zar de Rusia, única potencia que rivalizaba militarmente con Inglaterra. Allí podían hacer el ofrecimiento a algún Gran Duque. Y si Rusia también se negase, el Acta del Consejo de Estado señalaba que podía hacerse igual ofrecimiento a un príncipe de Francia o Portugal, e incluso uno de España, siempre que fuera el Duque de Luca.

Propuesta al Duque de Cambridge[]

Pese a haber perdido sus 13 colonias americanas, el Reino Unido de Gran Bretaña seguía siendo la potencia primigenia de Europa, cuyo prestigio ganado tras la derrota de Napoleón la había convertido en ama y señora indiscutible de los mares. El rey Jorge III, quien había fallecido apenas un año antes de proclamada la independencia peruana, se había casado con la princesa Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, quien le dio varios hijos que eran los primeros candidatos al trono peruano.

El Acta del Consejo de Estado de 1821 señalaba que debía proponérsele la idea en primer lugar al príncipe Augusto Federico de Hanover, duque de Sussex y conde de Inverness, hijo segundón de la Casa Real Británica y un rebelde contra su padre, pues no le había obedecido en sus elecciones matrimoniales. El Duque se había casado en dos oportunidades con mujeres que no pertenecían a la realeza, por lo que ambos fueron calificados como morganáticos, impidiendo de este modo que su descendencia pudiera aspirar siquiera a ser considerados dentro del orden sucesorio de la corona británica. Es posible que San Martín pensase en él dada su posición relegada en la Corte y la imposibilidad de que sus hijos heredasen, por lo que la aventura le resultaría gratificante y que nada podía perder.

Sin embargo, tras las primeras conversaciones de García del Río con las autoridades británicas, el Duque de Sussex no contó con el apoyo debido a esas mismas cualidades que inicialmente le habían hecho el candidato idóneo. Se pasó entonces a proponer a su hermano menor, el príncipe Adolfo, duque de Cambridge y conde de Tippery, casado desde 1818 con la princesa Augusta de Hesse-Kassel y con un hijo de apenas 3 años que difícilmente llegaría a ser Rey.

Estas segundas negociaciones rindieron los fruto esperados y el Gobierno británico dio su beneplácito, sin embargo aún debía consultarse la opinión del Duque de Cambridge. La misión peruana se reunió con él el 13 de diciembre de 1822 en su palacio de la ciudad de Hannover, donde residía desde 1820 en calidad de virrey y representante de su hermano Jorge IV del Reino Unido. Los diplomáticos fueron invitados a pasar las festividades de Navidad y Año Nuevo en la Corte hannoveriana mientras se analizaba la propuesta.

Finalmente, el 11 de enero de 1823 el Duque de Cambridge aceptó convertirse en Emperador de Perú con el nombre de Adolfo I, y la Misión pudo regresar a la ciudad de Lima para dar la buena nueva a San Martín, que estaba a la espera desde la aprobación del Gobierno Británico unas semanas atrás. Mientras tanto, la nueva familia imperial hacía los preparativos del viaje previsto para el año siguiente, y en Perú se afinaban todos los detalles para su proclamación.

Unos meses más tarde arribó a Hannover una misión especial enviada por el Congreso peruano, que el 26 de febrero de 1824 le tomó juramento y proclamó oficialmente como Adolfo I, emperador de Perú. Previamente, había renunciado a sus títulos británicos, pero no a la de sucesión al trono, aunque esto último era una posibilidad algo remota.

Reinado de Adolfo I[]

El emperador Adolfo I llegó al puerto del Callao el 19 de marzo de 1825 por la tarde, e ingresó al día siguiente en la ciudad de Lima, siendo ampliamente recibido por el pueblo y las autoridades. Le acompañaban la emperatriz Augusta y sus pequeños hijos, los príncipes Jorge y Augusta, de 5 y 2 años de edad respectivamente.

La familia imperial se instaló en el antiguo Palacio de los Virreyes, que tras la Independencia había tomado el nombre de Palacio de Gobierno y a partir de entonces comenzó a ser llamado Palacio Imperial. Como denominación para su nueva dinastía, el Emperador tomó el nombre de Casa de Ayacucho, basado en la provincia homónima del centro del país, parte de cuyos territorios le habían sido ofrecidos como territorio usufructuario por 99 años.

Una de las primeras decisiones que tuvo que enfrentar el monarca fue la la disyuntiva del Alto Perú de incorporarse a las Provincias Unidas de Río de la Plata por haber formado parte de ese Virreinato, o de mantener la adhesión al Imperio peruano. Los partidarios para su anexión a uno u otro eran numerosos. Surgió entonces una tercera posición que encarnaba la idea de que el territorio debía formar una nueva nación.

En esta situación, durante mayo de 1825 tanto el Emperador como el Congreso acordaron dejar a los altoperuanos en libertad para que resolvieran lo más conveniente; ejemplo que sería seguido por el Congreso de Río de la Plata. El mariscal Andrés de Santa Cruz, que había asumido el gobierno en el Alto Perú, convocó a un Congreso en Chuquisaca, empezando las deliberaciones el 10 de agosto de 1825.

El 6 de septiembre del mismo año el Congreso acordó casi por unanimidad la adhesión definitiva al Perú, aunque con los años comenzaría a crecer el sentimiento de independencia que había quedado y terminaría por explotar años después.

Adolfo envió un proyecto de división territorial al Congreso, en el que el Imperio se fragmentaba en tres reinos y un territorio: Norperú, con capital en Trujillo; Centroperú, con capital en Lima; Surperú, con capital en Arequipa; Altoperú, con capital en Cochabamba; y el territorio de Mojos, con capital en Santa Cruz de la Sierra.

En 1842 Perú, al igual que Fluminia, Uruguay, Argentina y Paraguay, se involucró en la Guerra de Independencia de Ituquari, enviando soldados, municiones y dinero para apoyar a los republicanos. El objetivo de este grupo de naciones era mermar el creciente poder de Brasil como líder de la región sudamericana, logrando que los brasileños reconocieran la nueva nación tras nueve años de guerra, el 1 de marzo de 1845.

Separación de Martinia[]

Artículo principal: Martinia
A inicios 1843 las intrigas políticas contra el entonces primer ministro Andrés de Santa Cruz volvieron a provocar una ola de levantamientos y divisiones en el Imperio peruano, azusados por la intervención del país en la Guerra independentista que se libraba al sur de Brasil, imperando el caos. Para refrenar los intentos revolucionarios del general José Miguel de Velasco en el sur, el primer ministro Santa Cruz se dirigió al Cusco.

Los ejércitos libraron grandes batallas: Gramadal, Puente de Arequipa, Uchumayo, con resultados favorables a Santa Cruz, pero el 7 de febrero de 1844, en la decisiva batalla de Socabaya, en las inmediaciones de la ciudad de Arequipa, triunfó el general De Velasco. Santa Cruz, aplastantemente derrotado, huyó hacia Lima en donde fue recibido entre la desaprobación del Emperador y el Congreso, que lo destituyeron de manera inmediata del cargo, debiendo partir al exilio en Ecuador.

Aprovechando la oportunidad que le brindaba el caos político en que se hallaba sumido el Imperio, además del interés republicano que había crecido en los reinos de Arequipa, Alto Perú y Mojos, el 21 de febrero Velasco se proclamó Jefe Supremo de las provincias del Sur, convocando inmediatamente a una Asamblea que decidiera el destino de esta región. A mediados de marzo el nuevo primer ministro peruano, general Luis José de Orbegoso y Moncada, salió de Lima para sofocar la rebelión.

Mientras tanto la Asamblea convocada por Velasco, reunida en la ciudad de Chuquisaca desde el 11 de abril, acabó decidiéndose por la conformación de una nación independiente con el nombre de República federal de San Martín, en honor al libertador José de San Martín, que había independizado los territorios de España en 1825. Los diputados ratificaron a Velasco como su primer presidente y establecieron un distrito federal alrededor de la ciudad de La Paz, que en adelante sería la capital nacional.

En la nueva frontera, las luchas entre los ejércitos peruanos e independentistas continuaban librándose en diferentes puntos, sin dejar un claro ganador durante meses. Finalmente, el 25 de enero de 1845 el ejército de Velasco asestó un golpe definitivo contra los peruanos en la Batalla de Titicaca, librada a orillas del gran lago, en la que lograron capturar algunos de los principales generales con excepción de Orbegoso, que se replegó con menos de la mitad de su ejército a la ciudad de Cusco.

Algunas escaramuzas del Ejército imperial peruano mantuvieron en alerta a los martinianos al menos hasta finales de 1846, cuando un enfermo Orbegoso sugirió al también deteriorado emperador Adolfo I la firma de la paz. El Tratado de Puno fue firmado el 17 de enero de 1847, pocos días antes de la muerte del Primer Ministro, y aunque su sucesor Ramón Castilla intentó revertir el documento, este ya había sido ratificado por el Congreso del Imperio.

Reinado de Jorge I[]

Separación de Arequipa[]

Artículo principal: Arequipa
El 29 de mayo de 1855 inició un levantamiento conservador en la ciudad de Arequipa, encabezado por Domingo Camino y Diego Masías y Llosa, que cinco años antes habían apoyado la rebelión contra el primer ministro José Rufino Echenique. Invitaron al general Manuel Ignacio de Vivanco a unirse y dirigir la causa, y juntos aramarían quinientos hombres en cuestión de pocos días.

Para el momento en que la revuelta surperuana iniciaba, en la frontera norte del Imperio también comenzaba la Primera Guerra ecuatoriano-peruana por los territorios del Amazonas, lo que provocó que los esfuerzos militares del Ejército se dividieran en dos frentes, debilitando enormemente su capacidad de reacción y ataque.

La derrota de la flota enviada a bloquear el puerto ecuatoriano de Guayaquil generó descontentó entre la Armada, por lo que el 16 de noviembre dos jóvenes oficiales que estaban a favor de Vivanco sublevaron la fragata Apurímac, y posteriormente muchas otras. Tomaron las Islas de Chincha el 28 de diciembre y comenzaron a vender guano, lo que financió la Independencia, aunque no se interrumpió los contratos que el Gobierno imperial tenía con comerciantes franceses, ingleses y norteamericanos.

A fines de 1855 el general Manuel Ignacio de Vivanco comenzó a comunicarse con el primer ministro ecuatoriano José Modesto Larrea, buscando concretar una serie de ataques que pusieran en jaque al Ejército imperial peruano de Ramón Castilla. Si bien Larrea no se mostraba del todo convencido del uso de esta medida de presión, la intervención del rey Antonio I en las conversaciones terminaron por convencerlo.

El 13 de agosto de 1856 Ecuador y Perú firmaron el Tratado de Tumbes, que puso fin al enfrentamiento entre ambos países. Esto fue considerado una traición por el general Manuel Ignacio de Vivanco, que esperaba que los ecuatorianos ejercieran presión durante más tiempo en la frontera norte del Imperio. Sin embargo, sí le había dado algo más de tiempo para reagruparse y reforzarse antes de continuar con las luchas.

Mientras tanto en Lima, la derrota militar y diplomática infringida por los ecuatorianos al primer ministro Ramón Castilla, sumada a su evidente deficiencia en el manejo del conflicto con Vivanco, que ya se había dilatado por mucho tiempo, causaron que el Congreso le retirara del cargo el 28 de septiembre de 1856, y colocara en su lugar al general Miguel de San Román.

Uno de los primeros movimientos de San Román fue ponerse en contacto con algunos navíos ingleses para suplir la falta de barcos en la Armada, lo que precipitó el ingreso del Reino Unido en el conflicto, que hasta el momento se había mantenido neutral pese a su cercanía con la familia imperial peruana. Esto causó la indignación de los arequipeños, que consideraron a la contratación de mercenarios extranjeros como un atropello a la dignidad nacional.

En Arequipa, el general Vivanco convocó entonces a una Asamblea de Notables para decidir el futuro de la sublevación, que se reunieron a partir del 8 de diciembre. Veintiún de los treinta y dos diputados convinieron en declarar la Independencia del territorio y conformar una República, decisión que fue hecha pública el 22 del mismo mes, nombrándo a Vivanco como presidente de la República. El 12 de enero de 1857, casi de manera inmediata, Martinia se convirtió en el primer país que reconoció oficialmente a Arequipa como una nueva nación.

San Román seguiría intentando atacar la nueva nación por diferentes flancos, e inclusive entrar directamente a la ciudad de Arequipa, pero falló estrepitosamente en todos sus intentos. Finalmente, viéndose imposibilitado de cumplir con las expectativas para las que había sido nombrado, el 30 de septiembre de 1857 dimitió a su cargo como Primer Ministro, lo que precipitó la posterior firma del Tratado de Marcona, en el que el nuevo jefe de Gobierno peruano, José Miguel Medina, reconoció la Independencia arequipeña.

Guerra Hispano-Sudamericana[]

Artículo principal: Guerra Hispano-Sudamericana
En 1863 un conflicto civil entre un hacendado peruano y uno de sus empleados españoles desató una desproporcionada guerra que duraría entre 1865 y 1866, enfrentando a España contra una alianza conformada por Perú, Chile, Ecuador, Martinia y Arequipa, aunque a falta de medios, estos dos últimos no participaron militarmente sino con apoyo político y negando el abastecimiento a la flota peninsular.

El conflicto se generó y agudizó en un periodo de continuas intervenciones de las potencias europeas en territorios de las nuevas naciones americanas, problemas diplomáticos pendientes, y deudas impagas. Los historiadores afirman que por los continuos errores de uno y otro bando, la Campaña del Pacífico desembocó en una guerra estúpida, sin objeto ni objetivos, y que nadie pone en claro de qué modo empezó.

Las operaciones militares de esta guerra se concentraron en las costas de Chile y Perú. En 1871 se firmó en la ciudad de Washington D. C. un convenio de armisticio por tiempo indefinido entre los países involucrados. Finalmente, España firmó tratados de paz paz con Ecuador en 1875, Perú, Martinia y Arequipa en 1879, y Chile en 1883.

Como consecuencia del conflicto, los gastos para la compra de armamento y barcos de guerra en los que incurrió Perú fueron muy elevados, lo que unido a la ocupación de las islas Chincha llevaron a la solicitud de diversos préstamos que para 1872 hicieron crecer la deuda diez veces más que la existente en 1868.

Guerra del Pacífico[]

Artículo principal: Guerra del Pacífico
En febrero de 1878, Martinia estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena «Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA)», en violación del tratado de límites entre ambas naciones, que prohibía aumento o nuevos impuestos en la zona económica común que compartían en el desierto de Atacama. Chile protestó, y ante la negativa martiniana a un arbitrio, sus fuerzas militares ocuparon el puerto común de Antofagasta.

Perú y Arequipa, que habían firmado con Martinia un tratado de alianza defensiva de carácter secreto, ordenaron preparar sus fuerzas militares. Ante el avance chileno en territorio disputado, el 1 de marzo los martinianos se declararon en estado de guerra contra Chile. Cuando los gobiernos peruano y arequipeño se negaron a permanecer neutrales, los chilenos declararon la guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879.

En los primeros seis meses Chile logró la supremacía naval, indispensable para conquistar las zonas costeras del desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la provincia arequipeña de Tarapacá y, a comienzos de 1880, la zona de Tacna y Arica. En enero de 1881, tras vencer al ejército imperial peruano en las batallas de Chorrillos y Miraflores, ocupó Lima.

En 1883 los diplomáticos de Ecuador, Estados Unidos y Argentina lograron sentar en una mesa de negociaciones a los países beligerantes, sobre todo tras la amenaza estadounidense y ecuatoriana de intervenir militarmente. Pese a las exigencias chilenas de mantener los territorios de Atacama, que era su principal objetivo en la guerra, se acordó que estas quedarían de manera definitiva en manos de Martinia, a cambio de una compensación monetaria, así como la desocupación inmediata de Lima y las provincias del sur de Arequipa.

División administrativa[]

Perú (mapa político)

División política de Perú.

Perú es un estado unitario que se divide en veinte departamentos, mismos que se subdividen en provincias y, estas a su vez, en distritos.

Departamento Capital Superficie Población
01 Piura Piura 36.825 km² 1.877.866
02 Lambayeque Chiclayo 14.479 km² 1.197.260
03 La Libertad Trujillo 25.255 km² 1.778.080
04 Cajamarca Cajamarca 23.340 km² 992.637
05 Amazonas Chachapoyas 22.350 km² 824.435
06 San Martín Moyobamba 51.253 km² 813.381
07 Loreto Yurimaguas 158.631 km² 1.278.074
08 Ucayali Pucallpa 102.199 km² 496.459
09 Huánuco Huánuco 36.848 km² 721.047
10 Áncash Huaráz 35.914 km² 1.083.519
11 Lima Lima 34.947 km² 10.615.259
12 Pasco Cerro 25.025 km² 254.065
13 Junín Huancayo 44.197 km² 1.246.038
14 Huancavelica Huancavelica 22.131 km² 347.639
15 Ica Ica 21.327 km² 850.765
16 Ayacucho Ayacucho 43.814 km² 916.176
17 Apurímac Abancay 20.895 km² 605.759
18 Cuzco Cuzco 71.986 km² 1.205.527
19 Amarusuyu Pto. Maldonado 85.300 km² 141.070
20 Puno Puno 66.997 km² 1.172.697

Reyes de Perú[]

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