Rosalía Arteaga

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Rosalía Arteaga Serrano (Cuenca, 5 de diciembre de 1956) es una política, abogada, escritora y activista ecuatoriana que ejercíó como trigésimosegunda primera ministra de su país entre 2007 y 2015, convirtiéndose en la primer mujer en ocupar dicho cargo.

Sus llegada al poder supuso un cambio de las políticas de corte neoliberal que se venían practicando en el país desde 1975, pasando a lo que se llama estado de bienestar o arteaguismo, que no es otra cosa que un punto medio entre el capitalismo y el socialismo.

Fue la figura más importante del Partido Progresista desde que se convirtió en su presidenta tras las elecciones internas de 2001, hasta su renuncia en 2014 para dar paso a nuevos rostros. Sin embargo, su influencia predominante se ha extendido hasta la actualidad.

Biografía

Nació el 5 de diciembre de 1956 en la ciudad de Cuenca (Azuay), hija de Moisés Arteaga y Guadalupe Serrano. Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Dominicana del Santísimo Rosario, mientras que cursó la secundaria en el Colegio Dominicano Rosa de Jesús Cordero, de donde egersó como bachiller con las más altas calificaciones.

Ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de la Real Universidad de Cuenca, donde obtuvo el título de licenciada en Ciencia políticas y sociales, además de doctora en Jurisprudencia y abogacía. Posteriormente ingresó en la Escuela de Educación de la Universidad Católica de la misma ciudad, donde obtuvo su licenciatura en Gestión de la Educación. Finalmente ingresó en la Universidad de Quito, donde hizo un masterado en Gobernanza.

Estuvo casada con el ex alcalde de Cuenca, Pedro Fernández de Córdova y Álvarez, del cual se divorció, con quien tuvo 4 hijos:

Pedro Fernández de Córdova Arteaga
Jerónimo Fernández de Córdova Arteaga (fallecido a los 10 meses)
Manuela Fernández de Córdova Arteaga
Daniel Fernández de Córdova Arteaga

Carrera política

En 1975, durante su tiempo en la Facultad de Jurisprudencia se enroló en las filas estudiantiles del Partido Progresista, desde donde participaba activamente en el proceso de retorno a la democracia tras cuatro años de un gobierno dictatorial del general Guillermo Rodríguez Lara.

Su primera participación política fue en 1984, cuando se presentó a las elecciones seccionales como candidata a la concejalía de su ciudad, que los progresistas acapararon en un 70% y que ocupó entre 1985 y 1989. Su labor al frente de la Comisión de Educación y la creación de una red de centros especializados en la estimulación temprana a niños de escasos recursos atrajo la atención de los medios a nivel nacional, lo que le significó convertirse en una imagen pública positiva del Partido.

En 1989 pasó a trabajar como Directora del Programa de Guarderías Públicas adscrito al Ministerio de Educación, donde sirvió eficazmente por un año. En 1991 fue requerida por el nuevo primer ministro Raúl Baca Carbo para dirigir la cartera educativa, y allí permaneció durante todo el periodo de Gobierno hasta 1995, destacando nuevamente gracias a su eficaz manejo de fondos y direccionamiento a las clases más desposeídas.

Se presentó a las elecciones parlamentarias de 1998 como candidata a una curul de la Cámara de Diputados por la provincia de Azuay, que ganó como parte de la segunda fuerza legislativa. Allí fue llamada a presidir la Comisión de Asuntos Educativos, que una vez más dirigió con gran éxito hasta 2003.

Líder del Partido Progresista

En 2001 Arteaga se presentó a las elecciones internas del Partido Progresista como candidata al liderazgo del mismo, compitiendo con Andrés Vallejo Arcos, quien era parte de la vieja guardia y lo venía dirigiendo desde 1997. Ganó con un estrecho margen y gracias al apoyo de los miembros más jóvenes del partido, convirtiéndose así en la primera mujer líder de una organización política de tal importancia en el país.

En las elecciones de 2002 los progresistas fueron nuevamente la segunda fuerza legislativa, y Arteaga fue escogida como vicepresidenta de la Cámara del Congreso, dignidad que también recaía por primera vez sobre una mujer. Finalmente el Partido Progresista se convirtió en mayoría parlamentaria tras las elecciones de 2006, lo que significó el ascenso de Rosalía Arteaga al Primer Ministerio. Siguiendo el protocolo, fue elegida y juramentada como Jefa de Gobierno en la primera sesión de la nueva legislatura, el lunes 29 de enero de 2007, al día siguiente se presentó ante al rey Álvaro II, quien le dio el beneplácito para comenzar su jefatura de Gobierno de manera inmediata.

Gobierno del Primer Ministerio

Arteaga inició su Gobierno con un amplio apoyo popular, debido en gran parte a que se trataba de la primera mujer al frente de los destinos del país en toda su historia, y esto traía esperanzas a los ciudadanos. Su Gabinete estuvo conformado por un número mayor de mujeres que cualquier otro Gobierno anterior, siendo estas siempre las encargadas del área económica y fiscal. Así mismo, incluyó a importantes líderes intelectuales indígenas en puestos clave como los ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca y Educación.

Política social

El 8 de marzo de 2007 firmó su primer proyecto de ley, el cual corresponde a la ley de Equidad Salarial y que lleva el nombre de Elvira Flores de Aramburú, hija del ex-primer ministro Antonio Flores de Aramburú y quien en 1902 se convirtió en una de las primeras mujeres aceptadas para trabajar en una institución del Estado. Así mismo, mediante órdenes ejecutivas y memorándums eliminó gran parte de las duras políticas migratorias impuestas por Mahuad en 2002.

Su bandera de trabajo, y quizá mayor logro a largo plazo, fue la reforma integral del sistema educativo, desde el nivel básico al superior, pues en este campo trabajó arduamente durante sus ocho años de mandato, hasta convertirla en el referente continental que es en la actualidad. De igual forma, fue importante su apoyo decidido en términos de inclusión, asistencia financiera, técnica y profesional a las personas con discapacidad, constituyéndose en uno de los países líderes del mundo en este tema.

El 21 de diciembre de 2009 firmó la Ley de Prevención de Crímenes de Odio, una medida que amplió la Ley de Delitos de Odio de 1985 para que incluya crímenes motivados por el género, orientación sexual, identidad de género y discapacidad de las víctimas, ya sea un hecho real o supuesto. La medida, que entró en vigencia el Día Internacional del Orgullo, fue tomada como un regalo de Navidad por los grupos LGBTI, feministas y antiracistas.

En 2014 respaldó contundentemente a su Partido para promover la Ley de Igualdad, que tras aprobarse a finales de año, permitió por primera vez el matrimonio civil de parejas homosexuales, así como todos los beneficios legales que dicha figura conlleva. Esto causó una serie de importantes movilizaciones de los grupos conservadores y religiosos de todo el país, ante los que la Primera Ministra se mantuvo incólume y recibiendo el apoyo de de otras naciones y grupos de Derechos Humanos.

Política económica

De manera casi inmediata después de su designación como Primer Ministra, Arteaga disminuyó el presupuesto militar y lo trasladó a los sectores de educación y salud, aumentándolos en un 22 y 36 por ciento respectivamente, no sin una reacción de las Fuerzas Armadas que fue controlada con varios acuerdos de Seguridad Social para la tropa.

En lo que a la principal fuente de ingresos se refiere, los dos periodos de Gobierno de Arteaga gozaron de los más altos precios del petróleo en la historia, lo que le permitió al país superar la recesión mundial de 2008 con soltura y, a diferencia de muchas naciones no petroleras, promover incluso un programa de estímulos fiscales a las inversiones e industrias no tradicionales para que despegaran de manera definitiva en Ecuador.

Pese a que muchos creyeron al inicio de su Gobierno que se volvería enemiga del libre mercado, optando por políticas proteccionistas y de mayor intervención del Estado, Arteaga supo aprovechar la estabilidad ecuatoriana frente a la crisis financiera mundial de 2008, promoviendo la inversión extranjera y creando un plan de crédito para medianas y pequeñas empresas de producción y servicios.

Política exterior

Como enemiga acérrima del intervencionismo, y a pocos días de haber asumido el Primer Ministerio, Arteaga exhortó a las Fuerzas Armadas para que crearan un plan de retirada para los 1.200 soldados ecuatorianos que aún se encontraban en Afganistán. Esto causó un impase con el Gobierno estadounidense de George W. Bush, que fue hábilmente subsanado por el canciller Raúl Baca Carbo y la embajadora Ivonne Juez de Baki.

El 15 de noviembre de 2008 asistió a la Cumbre de Washington, evento que no solo creó el G20 y consolidó a Ecuador como uno de los veinte países líderes del planeta, sino que trató la reforma del sistema financiero mundial tras el estallido de la crisis de ese año. En lo que respecta a Unasur, apoyó abiertamente el ingreso al organismo de los únicos países sudamericanos que faltaban: Surinam, Guyana, Cunania y Maronia; mismos que pasarían a ser miembros plenos en 2003, 2004, 2008 y 2010 respectivamente.

El 20 de abril de 2009 Arteaga recibió al recién electo presidente estadounidense Barack Obama en el Palacio del Ejido, en el marco de la visita de Estado oficial de este mandatario al Ecuador. Allí, Obama manifestó su admiración por la Primera Ministra ecuatoriana y sus exitosas políticas sociales sin dañar el sistema de libre mercado, tomándola numerosas veces como ejemplo durante su propia gestión.

Obra pública

Los altos precios del petróleo permitieron a Arteaga construir una gran cantidad de obra pública, con énfasis en la ampliación de las carreteras, modernización total del sistema ferroviario y tecnificación de los sistemas de atención estatales.

Reformó varios cuarteles militares a lo largo del país para hacerlos más funcionales y cómodos para las tropas, incluyendo su equipamiento con la más alta tecnología de la época. Así mismo puso en marcha un proyecto para construir bibliotecas inteligentes en las principales ciudades del país, que permitirían el acceso a los fondos especializados de todo el mundo a través del internet, por una fracción del costo normal.

Renovó totalmente las redes de fibra óptica y cables submarinos, parte un proyecto impulsado por ella misma en Unasur para que la región tuviera acceso a internet de alta velocidad y comunicaciones más eficientes con el resto del mundo. Tras mejorar notablemente la estructura del Centro Espacial de Galera, en junio de 2010 asitió allí al lanzamiento del Satélite Andes, que se convirtió en el primero construido íntegramente en el país y para su uso exclusivo.